No hay nada que me entristezca mas, que una historia de amor inconclusa, yo soy de esos chapados a la antigua, de esa rara especie que cree en el amor, no el amor comercial de un 14 de febrero, sino en ese tipo de amor, que es capaz de soportar lo inimaginable, de esa clase amor que es capaz de tener los pies en la tierra, sin dejar de hacerte sentir que vuelas por las nubes, allá lejos, lejos de los dimes, lejos de los gestos, lejos de las caras, lejos de esos malos comentarios, lejos de las tormentas.
Puedo entender cuando dos personas dejan de amarse y deciden seguir sus vidas cada quien por su camino, el amor también es así, no es que sea temporal, sino mas bien es caprichoso. Lo que si me llena de una profunda tristeza es ver como dos personas se aman profundamente y la vida les trunca sus sueños, fue hace ya algunos años cuando Pedro y Edgar les toco vivir este lamentable episodio, llevaban 20 años de una feliz y grandiosa relación, llena de pleitos y de besos, porque también así es el amor, contradictorio, una tarde Edgar salia de su oficina cuando sintió algo caliente que le escurría por la espalda, era su sangre a causa de una navaja encajada sin piedad y así, solo porque un tipo vio que su camioneta valía mas que sus sueños, terminando así con una historia de amor que comenzo mas de 20 años atrás.
Hoy lo recordé y lo recordé, porque ayer mas o menos a estas horas, Humberto un chavo a quien sin conocer lo llevare por siempre en mi corazón, por las multiples muestras de afecto que siempre me demostó, como aquella llamada en la que me reconforto por la muerte de mi padre, así era el, detallista, buen amigo, pero además por ser el mas grande amor que Josh ha tenido, se amaron, aunque su amor se llamara amistad, y quizás se llamaba amistad porque Humberto sabia lo que le deparaba el futuro, un futuro que no se le planteo fácil, leucemia fue el diagnostico que lo hizo así, pero también así es el amor: dramático, imposible, eterno. Me siento triste por eso, porque ese amor no pudo ser, porque a Josh lo quiero como a un hermano, al que amo y estimo mucho, y me puede que ese amor no pudiera ser.
Humberto descansa en paz y aunque la vida no nos dio la grandiosa oportunidad de conocernos personalmente, si nos dio la maravillosa oportunidad de estimarnos mucho, siempre te recordare por tu valentía y por ese gran amor que le tuviste a mi hermano.
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