Copio del El Diario esta noticia de un ciudadano que se atrevió a hacer algo, a manifestar su inconformidad y termino convirtiéndose en una víctima mas de esta violencia sin control ¿ Como es posible que un grupo considerable de personas transite por esta ciudad, vestidos con uniformes militares y portando armas de grueso calibre, en camionetas nada discretas ademas y no sean detectados por los muchos convoys que patrullan la ciudad o los intermitentes retenes que se colocan a lo largo y ancho de la frontera ?
Desvió abogado atención de sicarios para salvar a su familia
05 Octubre 2008
Actualizado: 12:07 AM hora de Cd. Juárez
El Diario
No pedimos justicia, para qué, no va a pasar nada. Así se expresó el hijo mayor del abogado Francisco María Sagredo Villarreal, asesinado la tarde del viernes en la sala de su casa y frente a su familia.
Un grupo de hombres que vestía uniformes militares ingresó a la casa y el patriarca de la familia trató de poner a salvo a sus seres queridos.
“Acá, de este lado, vengan de este lado”, les dijo a los asesinos para evitar que entraran a las habitaciones donde estaban varios menores de edad. “Ustedes aquí quédense” les gritó.
Cuando los ladrones, ya con el botín en mano, le exigieron que se tirara al piso él les explicó que no podía porque estaba recién operado del corazón. Sólo eso alcanzó a decir porque los asesinos dispararon en su contra y lo mataron.
Cuatro meses atrás a Sagredo Villarreal le habían colocado un bypass, una porción de una arteria o vena sana que se sutura a una arteria obstruida, y estaba en el proceso de recuperación.
La operación se la hicieron porque era su deseo vivir más tiempo, quería hacer más cosas para su familia, para él, afirmó su hijo.
“Mi padre nos dio mucho...la vida entera”. El único descendiente varón se aferró con fuerza al barandal de su casa y recordó que esas rejas las elaboró su padre, desvió la mirada y se encontró con las plantas que su progenitor cuidaba con esmero, lo mismo que a las macetas que eligió con cuidado, la vista se le nubló y alzó la cara para disimular las lágrimas pero miró al techo de la casa, ese al que varias veces subió su padre con una cartulina donde escribió la prohibición de tirar cadáveres en la vía pública, fue entonces cuando no pudo controlar el llanto.
“No lloro de tristeza, lloro de coraje”, atinó a decir.
La casa del integrante de La Renata empezó a llenarse de familiares, de amigos, de vecinos. El lugar parecía insuficiente para albergar a tantas personas que querían al hombre que se manifestó contra los asesinatos que ocurrían en la ciudad y de manera irónica lo plasmó en el anuncio que se observó en el fraccionamiento Córdova-Américas.
“SE PROHíBE TIRAR CADáVERES O BASURA. MULTA! LA POLESIA”, decía el anuncio colocado en la calle Río Champotón.
“Mi papá no se hincó, por eso lo mataron, no sabemos quién, ya no importa”, dijo ayer su hijo, al tiempo de asegurar que Juárez es una ciudad que simplemente ya perdió su rumbo por la impunidad que prevalece.
El cuerpo del abogado, herrero, albañil, filósofo, políglota, esposo, padre y amigo, es velado en la funeraria Plenitud, donde ha sido rodeado de las flores que tanto le gustaban.
Este día será sepultado.
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